para
vivir un 20 de agosto
el
18 de noviembre o el 2 de mayo
un
viaje al otro lado del calendario
y
saldar las deudas pendientes
con
la infancia y la amistad
andar
tus huellas
y
conocer las razones del adiós
de
las alas de colibrí
que
nos robaron
el
color rojo de los abrazos
descubrimos
otro mundo
en
la espina dorsal del planeta
allá
donde todo es
tan
posible como incierto
perseguimos
nubes
en
una ciudad sin luz
mientras
un vendedor ambulante
trepa
a un autobús
para
regalarnos una cremallera
donde
guardar los sueños
nos
sumergimos
en
el río que inunda la vida y la muerte
disfrazada
de supervivencia
con
la textura material
de
cuerpos desmembrados a la deriva
porque
los nadie
las
invisibilizadas, desechables
mueren
si lloran en los funerales
o
bajo el contrato de la viuda
en
la estrategia del terror
de
la oficina, el patio trasero
y
la guerra de baja intensidad
caja
de resonancia de la violencia
de
la indiferencia y el olvido
en
mitad del conflicto milenario
del
bien y el mal
víctimas
criminalizadas en repetidas mentiras
como
una foto desmovilizada
rumbo
al cielo sin retorno
donde
bebemos de frente
para
guardarnos la espalda
hablamos
en código
para
protegernos de los sapos
en
la esquizofrenia de las vacunas
y
sospechas reciprocas
aquí
los heridos están muertos
y
los muertos regresan de noche
para
pedir agua
pero
aunque la paz este en cama
y
ya no sepamos a quien gritar
nunca
se sueña suficiente
para
no llevar los nombres
de
nuestros asesinos
para
blasfemar la miseria
el
hambre, el miedo sin venganza
para
que la paz
no
nos cueste la vida
porque
somos utopía, reconciliación
dignidad,
resistencia
somos
la insurrección
de
una tienda comunitaria
todo
lo que nos roban
y
el poder de las orquídeas
para
dejar de ser invisibles
enfrentar
con la palabra
subvertir
el estado de las cosas
con
una sonrisa valiente y generosa
de
brazos abiertos
día
tras día
retar
la historia y el futuro
sembrar
la esperanza
radical
y emancipatoria
de
la sencillez y la verdad desnuda
sin
perder el horizonte
pintar
nuestro destino de colores
ponerle
pecho al viento
para
que calle el ruido
recuperar
la memoria colectiva
y
que hablen los vivos y muertos
haciéndonos
mas humanos
para
ser todas
una
y otra al mismo tiempo
reconociéndonos
en silencio
decir
muy bajito
nos estamos viendo.
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