jueves, 24 de octubre de 2019

Desencanto, (de Andrés Izu)

No soporto la solidaridad de pegatina,
Foto: Google image (Vallecas. Años 70)

las grandes proclamas,
ni el verbo poder.

Me asusta la velocidad del progreso,
la dimensión del desastre,
la superioridad ética de la Europa blanca.

Me cansan los libros de autoayuda,
el positivismo,
la compasión
y
la condescendencia.
No creo en las vallas de los colegios,
en el silbato marcial,
en el patio
ni el bostezo de la lección impuesta.

Repudio la violencia de condenar las consecuencias,
no las causas,
los discursos
y
el diálogo con quien provoca la desgracia.

No comprendo el hambre,
el cáncer,
tampoco el sistema financiero
ni por qué ondean las banderas.

Me cago en la arrogancia del uniforme,
en los currículos y contratos,
en todos y en cada uno de los Ministerios.

Me duele tanto la falta de cercanía,
la corrección,
las formas,
la diplomacia
y
la falta de afectos.

Le doy la espalda a la amnesia,
la neurosis,
el ocio programado
y
a
los
que
creen tener la razón de todo.

Me angustia pensar no tener motivo
para estar vivo
y
la tristeza que llena los vagones del cercanías
todas las mañanas.

Llegó el desencanto nublando los muñones
y
párpados,
como una estación que nunca acaba,
como una estación que nunca llega.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

...

...

...

...