Ciclo de poesía contemporánea en Vallecas: POéTIKAS en La esquina del Zorro.
20:00H.
Sesión XI/ 07:03:2014.
Con: Ana Gorría, Laura Gómez Palma y Alberto García-Teresa
A puertas de la primavera, si queremos, podemos seguir hablando de poesía en el barrio. Con el permiso de la autoridad competente, claro. La gente, toda la gente, sigue aquí haciendo sus vidas; pagando -a duras penas- los alquileres, las hipotecas, las luces, las aguas y los alcantarillados y el todo. La autoridad, además de ser competente, es impecable. Al que se resiste, no por su capacidad para resistir, si no por la imposibilidad y la dificultad para pagar, se le desahucia y expulsa. Un barrio éste donde nunca pasa nada, que escribía un asaltaplumas, hace un par de años, en un diario prestigioso y ‘progre’ de este país. Un barrio éste. El de Vallecas. Donde en sus calles, se dan cita las bandas latinas, el paro, la droga y el desarraigo. Allí asesinaron hace dos semanas a un menor. Este es el retrato de un barrio en crisis, escribía, supongo que con buena caligrafía y de manera sosegada, nada alarmista. Ah sí, y también escribía: y en lucha por su futuro. (Agradeceríamos el guante, si no fuese por tal exposición). Desde entonces hasta hoy, con otra realidad, supongo que no han cambiado mucho los datos en lo que respecta a la población extranjera, ésta suponía en el 2012 un 19’5% del total de los que por aquí seguimos habitando, sobreviviendo; porcentaje superior al de la media de la ciudad (16’9%). Este distrito era el tercero en población extranjera residente, tras los barrios de Carabanchel y Latina, en la ciudad de Madrid. Un barrio éste. Un barrio al sur. El de Vallecas, en 2014, con una situación de racismo claro en estos tiempos de atolladeros, por la persecución (más allá de la malaprensa) que están sufriendo las personas, cuyo rasgos o tonos de piel no coinciden con los de la autoridad competente. Donde mucha gente se siente perseguida. Donde han aumentado las redadas e identificaciones de corte racial. Policías de paisano, secretas de otros tiempos, con excusas absurdas. Retienen a las personas, y si es preciso se las detiene. Podría ser hoy el efecto de los asesinados, hace unas semanas, en Ceuta; la alarma social oportunista y caza votos, innecesaria siempre. El peso de la ley sobrealimentándose de las poblaciones famélicas. De modo que no solo podemos, sino que debemos, seguir hablando de poesía en el barrio. Quizá otro de los sentidos, también importante, el de este espacio de POéTIKAS, donde además de refugiarnos al calor de la poesía, de la belleza, o de la no belleza, se planteen problemas que afectan al vecino; la persona como testimonio o protesta, denunciar la realidad que nos rodea; necesariamente concienciarnos juntos de la injusticia social más cercana, que de una manera u otra nos afecta a todos.
DESPUÉS DE TODO, DECIDIR SEGUIR HABLANDO DE POESÍA EN EL BARRIO.
Después de todo decidir seguir hablando de poesía en el barrio y pedir que se acercaran hasta la librería La esquina del zorro a las poetas Ana Gorría y Laura Gómez Palma, y al vecino de Vallecas y poeta Alberto García-Teresa. Para ello invitamos a la jornada XI de este ciclo de poesía contemporánea a tres nuevas voces, para que en su pluralidad pudiésemos experimentar esa suerte de emociones que desprende la fertilidad de la poesía. Sea cual sea su tendencia, si crítica o social, o ambas; si interiorista, intima; de corte minimalista, herméticas y visuales o cualesquiera de los innumerables etcéteras que acompañan al ejercicio poético; sea cual sea su exposición siempre podremos encontrar algo que precisemos, que nos resulte útil. La palabra siempre estará ahí para el que la necesita. T.S.Eliot tampoco iba desencaminado cuando decía que las palabras de un autor pertenecen a todos. ¿Acaso el poeta será el que las salvaguarde de bocas impropias o manos extremadamente largas?, como pudo deducirse en la parte del coloquio que se produjo una vez acabadas la intervenciones de nuestros invitados, donde aparecía entre otras cuestiones como interrogante el lenguaje poético, y la misma poesía entorno al hecho publicitario y los vendedores de humo: Apple hoy vende Ipads gracias al maltratado Walt Whitman, eso sí manipulando sus versos; los creadores de tendencias, la parte visual del capitalismo, tan devoradora de telespectadores como devastadora de cerebros. Un coloquio que estuvo muy animado por el publico habitual, más participativo que en otras ocasiones. También nuestros invitados estaban animosos y no dudaron en, una vez abierto este espacio, incitar al diálogo y la comunicación. Poetas hoy aquí presentes acompañándonos, que enriquecían una nueva perspectiva en el ejercicio poético, como Walter Cassara o Alfonso López, y las poetas María García Zambrano, Manuela Paso, que en su día también participaran en POéTIKAS, o la recién llegada de Bruselas, Luisa Antolín.
Enero y Febrero, el comienzo del año, fue terrible para el mundo poético en cuanto a óbitos se refiere. Amanecía Marzo y en la poesía seguía el mal tiempo, nos dejaba la única novísima (según el patriarcal Castellet): Ana María Moix; y un bendito loco, también de los nueve de Castellet, Leopoldo María Panero: hijo del desencanto, antifranquista, politoxicomano, homosexual y, sobre todo lo demás, un magnifico poeta. He vivido entre los arrabales, pareciendo un mono, he vivido en la alcantarilla transportando las heces… Iniciamos la sesión de hoy con “El loco”, poema aparecido en 1980 en el excelente Last River Together. Pues así era su vida por entonces; treinta y tantos años después tampoco es que hayan variado mucho o nada aquellos versos, después de todo, moriría solo y alejado de nuestra locura en un psiquiátrico canario.
PODRÍAMOS ACOPLARNOS A LA HILERA, DONDE BROTA LA UTOPÍA
Abriría esta jornada XI, el poeta, Doctor en Filología Hispánica (con una investigación sobre la Poesía de la conciencia crítica) y vecino de Vallecas Alberto García-Teresa, y lo haría con el poema “Los economistas”; Alberto, además de teórico de la poesía, tiene muy claro por dónde encaminar el ejercicio poético: podríamos acoplarnos a la hilera, donde brota la utopía, escribe, declama, y reivindica. Estrategias para resistir, nos anuncia en otro poema. El autor nos ofreció un recorrido por su poesía publicada: “Hay que comerse el mundo a dentelladas”(2008), Oxígeno en lata (2010), Abrazando vértebras (2013) todos ellos publicados en la editorial tinerfeña Baile del Sol; también nos ofrecería algunas excelentes y utópicas “Peripecias de la Brigada Poética en el reino de los autómatas” (Umbrales, 2012), de hecho estás “peripecias” no es extraño que te las puedas encontrar pegadas en el lugar más insospechado de esta ciudad, como miles de versos escritos en pegatinas, de una infinidad de autores diferentes. También, en una parte de su intervención, vino a modo de artefacto y acción poética, como una serie versos escritos en globos, insuflados en el mismo momento con el propio aire del autor; la poesía entonces adquiriría cuerpo y movimiento, de la misma manera que aleatoriamente ocuparía un nuevo espacio y retomando a su estado inicial una vez el aire abandonaba el globo. Todo ello nos lleva a un autor, que además de estudioso, indaga y experimenta en el hecho poético.
UNA VOZ TREMENDAMENTE AFECTIVA, PAUSADA Y CÁLIDA
La bonaerense Laura Gómez Palma, hoy vecina de la sierra de Madrid, bajaba hasta el barrio de Vallecas a traernos la emotividad y delicadeza de su poesía. No dejaremos de agradecer a los autores los esfuerzos importantes que hacen por querer participar en este espacio nuestro, cuando se les invita. Músico y poeta, con una voz tremendamente afectiva, pausada y cálida. Volaban hojas en un viento endemoniado. Y ese viento aparecería en innumerables ocasiones como recurso en su propuesta, nos zarandeaba cual vendaval; ya fuese en la colección de inéditos que nos ofreciese, o, de igual modo, a través de los poemas de su libro “Fin de gira” (Huesos de Jibia, 2011). En la poesía de Laura destella un imaginario particular, de evocación por la naturaleza y de espacios comunes, con altas dosis de reflexividad y cierto tono melancólico. Y entorno a ese ideario, la nación negada de la imaginación, que parecía brotar de nuevo en su boca, como si desde lo más hondo de la persona, desde los momentos más amargos, pudiera señalar a quienes distorsionan su realidad. Sedujo su propuesta a los asistentes, absortos en las intervenciones de la poeta. Uno de sus poemas nos anunciaba: ”el final blanquísimo, que qué otro color podría ser”. De manera que así concluyó su intervención; otra cualquiera sería faltar a la verdad.
LA FIEBRE ES EL INCENDIO QUE NAUFRAGA DEBAJO DE LA PUERTA
Cómo no sentirse privilegiados cuando nos vistan seres humanos tamaño Ana Gorría, grandiosos en su generosidad, modestos en la verdad y humildes, y seguidamente magníficos poetas. Luego, después, puedes ser licenciada/o, traductor/a, estudioso/a de la poesía, fontanero o cajera en un supermercado… Lo venimos experimentando en cada jornada, y hoy no ha sido menos. Hay algo en la poesía de Ana que hace que los sentidos se nos multipliquen, que la percepción sea otra; poemas cortos, casi mínimos, que a su vez recrean al oído; todo un acontecimiento con ella, el de esta noche. Una de las propuestas de la autora nos traía, a modo de símbolo, a “la araña” (El Gaviero Ed., 2005), y en ese tejer de heridas al descubierto: La poesía o el poema “Cristales”: La fiebre es el incendio que naufraga debajo de las puertas. Una poesía de sobriedad y lucidez que no es nada extraño que hoy por hoy hagan de esta autora una de las mejores exponentes de la poesía contemporánea. Ana Gorría tiene un don para este arte y hace de él un ejercicio de lenguaje espectacular, de manera que esa ha sido nuestra fortuna hoy, el poder presenciar la lectura de una de las mejores poetas en actualidad, en este país.
Nos dejaba Ana, en su muro de Facebook, y en agradecimiento a su paso por POéTKAS, una cita del filósofo marxista Jacques Rancière: “La política adviene cuando aquellos que no tienen tiempo toman ese tiempo necesario para proponerse como habitantes de un espacio común y demostrar que su boca emite efectivamente una palabra que enuncia lo común, y no solamente una voz que señala el dolor.” ‘La palabra’, este es el útil preciso que da sentido a este espacio, la herramienta necesaria que hace que dos veces al mes, en la librería La esquina del zorro, celebremos la poesía en este ciclo de poesía contemporánea; como festejaremos el día de internacional de la poesía, junto a vosotros, el próximo 21 de marzo; con poetas tan interesantes como Rebeca Casal del Rey, Mushin Al-Ralim y Francisco Cenamor. Por ello, una vez más, os invitamos a que nos acompañéis.
Gsús Bonilla
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