No hay días por delante
que pueda llamar míos
Rodolfo Serrano
Leche fría.
Leche caliente.
Somos huérfanos.
Estamos solos.
Lo que queda de ti
he de construirlo todos los días
de esa manera en que construye el mar
un niño pobre.
La leche de mi vaso está fría.
El acero de la cuchara desajusta el futuro del azúcar.
La leche baja por mi esófago deprisa.
Es como un niño muerto que pesa demasiado
para que puedan sostenerlo las manos de su madre.
Paso la página del periódico
y tras ese gesto
seguimos quietos cada uno en su casa.
Tú con tu pelo largo,
yo con mi pelo amarillo.
Los estómagos están llenos.
Ya podemos mirar por la ventana.
y ver nuestro cinismo cruzar la ciudad
como si fuese un prestigioso funambulista
al que todos miran con pasión desde abajo.
Sonia Fides (Madrid, 9 de diciembre de 2013)
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