Enséñame a
desdibujar
pasillos
porque todo
se va borrando.
Y se diluye por tanto
tu voz
y tu figura.
Adiéstrame,
ceguera...
Porque pronto
ya estoy palpando.
Soledad de memoria,
su cuchillo es colmillo.
afilada longitud
del incierto acertijo.
Inquietante y parco,
anudado al gatillo.
Aférrame, oscuridad
porque tú
ya me estás besando,
de tinieblas
es tu lengua.
Y la mía,
de espanto.
Piedad García-Murga
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